Solamente comprendiendo el desarrollo de una problemática, podremos diseñar intervenciones efectivas sobre la misma. El problema surge cuando la conceptualización del fenómeno es errónea, parcial y/o se basa en suposiciones, creencias y opiniones sin fundamentación o se interviene de manera rutinaria, por costumbre o tradición. De esta forma es como se origina la desadaptación.
A la hora de abordar el tema de la desadaptación social, la sociedad se ve influenciada por su filosofía sobre la concepción del ser humano y sus acciones. Podemos encontrar dos grandes corrientes filosóficas que más influencia han tenido en materia criminológica y que han dado lugar a dos formas de acercarse a la desadaptación: el Liberalismo y el Positivismo.
El Liberalismo, donde encontramos la Escuela Clásica, defiende que una persona es libre de comportarse como quiera movido por la búsqueda de placer y cualquier acción humana, es fruto del pensamiento racional. En consecuencia encontramos la idea de pena o castigo para aquellos que alteren el orden social establecido, así el delincuente recibirá más dolor procedente del castigo que placer derivado de la realización del delito. Además de ello, encontramos la idea de retribución (con el cumplimiento de la pena, el delincuente “paga” el daño causado a la sociedad), proporcionalidad del delito y la pena y disuasión (el castigo del delincuente serviría de escarmiento para el mismo y de ejemplo para los demás).
El Positivismo, donde encontramos la Escuela Positiva, se fundamenta en el determinismo. Éste defiende que las actuaciones de las personas están condicionadas por su constitución o naturaleza (determinismo biológico) o por las fuerzas sociales o ambiente que nos rodea (determinismo sociológico). En consecuencia, encontramos la idea de rehabilitación y tratamiento, rechazando por tanto el castigo como método efectivo, defendiendo los positivistas el tratamiento individualizado y las alternativas a la pena privativa de libertad.
Cabe destacar la comprobación en cuanto la escasa efectividad de determinados métodos: el castigo y tratamientos médicos y psicoterapéuticos. Por lo que además del Liberalismo y el Positivismo, surge la Escuela Crítica. Ésta manifiesta que ni el castigo ni la rehabilitación son efectivos para tratar los problemas de desadaptación si no se produce un cambio en las estructuras sociales.
Estas corrientes filosóficas se han ido materializando:
Anteriormente al siglo XVIII: predominio de la represión de los desviados a quienes se les encerraba en la cárcel mezclando todo tipo de personas (delincuentes, prostitutas, deficientes mentales…), tenían lugar castigos y control y se intervenía de forma asistencial o benéfica.
Siglo XVIII: empiezan a aparecer ideas liberales. Se diferencia el trato entre los que infringen la ley y los que presentan conductas socialmente desadaptadas. Se introduce el concepto pena.
Siglo XIX: aparecen técnicas propias del Trabajo Social tales como los informes sociales, observaciones, entrevistas, trabajo de casos, trabajo familiar…
Siglo XX: a partir de métodos represivos y puramente asistenciales, empieza a predominar el tratamiento de los problemas sociales y personales que presenten las personas desviadas. Aparece el trabajo de casos como forma de intervención, cuya pionera en este método fue Mary Richmond, que implica detección, observación, diagnóstico e intervención. Surge además una nueva orientación, el trabajo de casos a la intervención comunitaria.
En España no ha evolucionado la intervención en materia de desadaptación al mismo nivel como en los demás países, pues con respecto a la población inadaptada adulta, se han llevado a la práctica únicamente métodos represivos, y en cuanto a la infancia y juventud han tenido lugar aquellos puramente asistenciales, combinados con lo represivo y la protección no considerando al niño como un sujeto de derecho.
Poco a poco se va buscando la educación y potenciación de las responsabilidades del sujeto, así como el cambio comunitario. Cabe destacar las aportaciones de determinados autores como Albó, que defendía en cuanto a la infancia y juventud la necesidad de:
- La protección tutelar
- La individualización en el tratamiento
- El establecimiento de la libertad provisional
- La supresión de la prisión
Otro autor a destacar encontramos a Pedragosa, quién defendía que:
- La prisión es deseducadora para el niño
- La necesidad de la tarea reeducadora tanto antes como después de la prisión
- La necesidad de instituciones que recojan al menor abandonado
Diversas teorías sustentadoras de las distintas formas de intervención:
Teorías sociológicasEstas teorías identifican variables sociales como causa de la desadaptación social y se dividen en las siguientes dos categorías:
1) Explicaciones macro-sociales: identifica al entorno social, tales como entornos conflictivos y marginales, como causa fundamental de la desadaptación social. Esta perspectiva cobró gran auge al finalizar la Primera Guerra Mundial cuando grandes masas de personas empobrecidas por la crisis económica poblaban los barrios marginales de la ciudad.
Dentro de ella destacan las siguientes tendencias:
- Sub-culturales: la desadaptación está concentrada en las capas sociales más bajas y en determinados grupos culturales o sub-culturales. De este modo, la conducta delictiva es una conducta normal dentro de una sub-cultura particular.
- Teoría de la Asociación Diferencial de( Sutherland): las conductas desadaptadas se aprenden mediante el proceso de asociación con aquellos que presentan dichas conductas.
De estas tendencias se llevaron a cabo una serie de críticas fundamentadas en que adoptan la postura de exagerar la distancia entre la cultura desviada y el resto de la sociedad, además de la tendencia racista de muchos de los estudios llevados a cabo a la raza negra, que identifican la cultura de la pobreza, como la mayor productora de inadaptación.
2) Explicaciones micro-sociales (Denman): identifica factores familiares, tales como la desestructuración familiar, dinámica relacional deteriorada, excesivo o escaso control parental, escasa afectividad… como causa de la desadaptación.
Estas teorías sociológicas también pueden considerarse Teorías de la Privación y la Desventaja Social y presentan defectos como consecuencia de su carácter general y su débil y frecuente no existencia entre las causas generales y la conducta desadaptada.
Estas teorías dieron lugar a Modelos de Intervención que protegían al individuo de efectos adversos de su entorno socio-familiar y le compensaba por las privaciones desventajas que había o estaba sufriendo aún. Entre estos modelos encontramos el de “Welfare” o Bienestar Social o Protección por (Rutherford) que surge a finales de la Segunda Guerra Mundial y que defiende lo siguiente:
- Los desadaptados sociales son el producto de un ambiente adverso que en el peor de los casos se caracteriza por múltiples privaciones.
- Todos los jóvenes con problemas pueden ser tratados mediante un proceso para identificar sus necesidades.
- La prevención del abandono conduce a la prevención de la desadaptación del crimen.
El Modelo de Bienestar Social presenta déficit explicativo sobre la desadaptación social pues no logran resolver preguntas tales como: ¿por qué no todas las personas que provienen de ambientes socioculturales son inadaptadas? o ¿Por qué en una misma familia con las mismas características, en teoría, criminógenas, no todos los hermanos presentan conducta delictiva?
Es importante destacar que la eficacia dependerá de la probabilidad de producir el cambio a través de la intervención. Este modelo de bienestar social es muy interventor que puede llegar incluso a la retirada de los hijos del medio familiar.
No obstante, encontramos otro tipo de modelo cuya intervención es mínima, el Modelo de Desarrollo, descrito por (Rutherford), que se fundamenta en:
- Los principales recursos para el desarrollo y control de niños y jóvenes están en la familia y en la escuela.
- La intervención debería concentrarse en reforzar el poder a la familia y escuela, cuando sus acciones fallan, deben actuar instituciones especializadas.
- Sólo en casos excepcionales se debería separar un niño o joven de la familia y escuela y en cualquier caso debe de ser mínimo.
- Las intervenciones fundamentalmente las que implican internamiento, entorpecen el crecimiento y desarrollo del niño o joven y debilita la efectividad de las instituciones.
Teorías centradas en el individuo
Sitúan la causa de la inadaptación social en el individuo. Encontramos aquí las siguientes teorías:
Teoría de la personalidad (Eysenck): ciertos tipos de personalidades presentan más probabilidades de presentar conductas inadaptadas. De esta forma, individuos con rasgos de personalidad iguales o parecidos se comportarán de manera similar ante una misma situación.
Es evidente que en la realidad esto no ocurre así, pues individuos parecidos no reaccionan igual ante la misma situación.
Teoría de la Racionalidad Limitada o de la Elección: teoría relacionada exclusivamente con la conducta criminal que es la máxima manifestación de desadaptación social. Esta teoría defiende que esta conducta es el resultado de elecciones y decisiones inmediatas tomadas por el delincuente en base a consideraciones racionales con respecto a las ganancias de los individuos a partir de los actos criminales (costos-beneficios).
Se ha comprobado que delictivos no son fruto de elecciones racionales, sino que tienen lugar en situaciones de alta activación emocional o intoxicación que deterioran la toma racional de decisiones.
Dentro de estas dos teorías podemos encontrar a su vez dos tipos de Modelos de Intervención sobre la desadaptación social (Rutherford):
Modelo de Castigo-Control:
1. Muchas conductas desadaptadas son producto de oportunidad y de elección racional.
2. En la medida en la que una persona sea responsable de sus acciones, debe dar cuenta de las mismas.
3. El castigo es una respuesta válida de la conducta desadaptada como una expresión de la desaprobación. Debería de haber proporcionalidad entre la importancia de la conducta desadaptada y el castigo.
Se ha comprobado que dicho modelo tiene efectos contraproducentes.
Modelo de Tratamiento:
1. La conducta desadaptada es una condición patológica
2. Como consecuencia de la gran variedad en las necesidades, la flexibilidad y la amplia discreción son esenciales para determinar el tratamiento apropiado.
3. Hay disponibles tecnologías de tratamiento efectivas, no obstante es necesario el consentimiento de los destinatarios para aplicarlos.
Teoría de la Reacción SocialSitúa la causa de la desadaptación social en la reacción de la sociedad ante conductas desadaptadas, castigando e interviniendo en los niños y jóvenes que presentan dichas conductas. Esto, propicia la creación de la autoimagen como persona inadaptada o conflictiva y en consecuencia la persona tiende a comportarse como tal.
Se considera una teoría muy simplista.
Teoría del Aprendizaje Social (Bandura)
Las variables de aprendizaje ejercen una influencia importante en la adquisición, ejecución y mantenimiento de la conducta conflictiva poniendo énfasis en la importancia sobre las variables situacionales donde se produce dicha conducta.
Dentro de esta teoría encontramos la Teoría de la Asociación Diferencial de Sutherland (mencionada con anterioridad) que concluye en cuanto a la conducta delictiva:
- La conducta criminal se aprende. Dicho aprendizaje tiene lugar en interacción con otras personas.
- La parte decisiva del proceso de aprendizaje tiene lugar en las relaciones más íntimas del individuo con sus familiares y allegados.
- El aprendizaje del comportamiento criminal incluye aprender técnicas de comisión del delito y la orientación específica de los correspondientes móviles, impulsos, actitudes y la propia racionalización de la conducta delictiva.
- Una persona se convierte en delincuente cuando ha aprendido más modelos criminales que respetuosos de derecho.
- La conducta delictiva es una expresión de necesidades y valores generales, sin embargo no podemos explicarla centrándonos exclusivamente en ellos, pues la conducta conforme a Derecho responde a idénticas necesidades y valores.
Muchas de estas ideas del Aprendizaje Social se encuentran en la base del Modelo Educativo. Sin embargo, ésta no considera a la conducta desadaptada como una condición patológica, pero la abordaría de forma similar, diagnosticando las necesidades y problemáticas del niño y joven y se pueden tratar mediante técnicas reeducativas adecuadas.
No obstante, este modelo continuaba considerando al niño como un objeto impotente en manos de un juez paternalista e intervencionista.
Postura ecléctica
Encontramos aquí el Modelo de Responsabilidad. El niño considerado ya, a partir de la década de los 80 del siglo XX, como sujeto de derechos reconociéndose todos ellos y no como objeto de protección, empieza a introducirse los siguientes cambios que hacen referencia fundamentalmente a las garantías procesales del niño y joven ante la Justicia Penal:
- Reducción de las diferencias procesales entre la justicia penal ordinaria y la juvenil. Introducción del juicio contradictorio y la presunción de inocencia.
- Introducción de la necesidad de establecer un límite claro entre la minoría y la mayoría en edad penal.
- Acentuación de la responsabilidad del niño y el joven dando cuenta de sus actos y las consecuencias de los mismos.
- La atención a la personalidad y necesidades del menor pasa a un segundo plano.
- Se afirma la necesidad de indemnizar a la sociedad y a las víctimas de los delitos.
Este modelo, propio de todas las jurisdicciones de menores en los países occidentales, ha estado coexistiendo con elementos de otros modelos de intervención: atención a las necesidades del niño y su contexto socio-familiar, tratamiento de carácter educativo… En la práctica, se pierde mucho toda la vertiente educativa y de responsabilización inclinándose hacia el castigo y control.
En España, no se favorece la implementación de programas educativos pues no existe ningún organismo que asuma la vertiente educadora o reeducadora.
Sistemas judiciales deberían controlar y castigar la infracción de la Ley, mientras que lo educativo debería ser asumido por otros organismos o agencias especializadas en colaboración en aquellos casos que sean necesarios con los estos Sistemas Judiciales.
En los Modelos de Intervención encontramos diferentes enfoques y en la base de dichos enfoques, diversas teorías psicológicas que fundamentan la acción. Diferenciando entre población en situación de riesgo social y población en conflicto social encontramos los siguientes enfoques:
• Población en situación de riesgo social
- Enfoque socio-ambientalista: pone énfasis en los factores ambientales. Sus programas de intervención se basan en los cambios ambientales, recursos para las familias conflictivas y aproximaciones comunitarias que apoyen el funcionamiento de familias.
- Enfoque conductista y de aprendizaje: pone énfasis en el déficit educativo y en el desconocimiento de los padres de cómo ejercer adecuadamente su rol y responder a las necesidades del niño como causas de la situación de riesgo.
- Enfoque psico-dinámico: pone énfasis en la exploración de sentimientos y experiencias pasadas, de esta forma la intervención se dirige fundamentalmente a las causas que originan las conductas negativas, más que a las propias conductas en sí.
- Enfoque sistémico: pone énfasis en la actuación de la red de relaciones y sistema del que forma parte el individuo, fundamentalmente la familia, para influir en el individuo y sus problemas.
Al tratar con este tipo de poblaciones en situación de riesgo social, hemos de tener en cuenta los riesgos que corren los niños y tomar las medidas necesarias. Es el caso del maltrato infantil, cuya atención ha sido dirigida a variables únicas: padres e hijos, interacción familiar y el contexto social y cultural, poniendo más énfasis en una u otra variable como explicación de este tipo de maltrato. En este sentido, encontramos los siguientes bloques:
- Enfoque psicológico-psiquiátrico: se considera como principales factores explicativos del maltrato infantil a las características psicológicas y los desórdenes psicopatológicos de los padres.
- Enfoque sociológico o sociocultural: considera la importancia del contexto, las condiciones sociales, valores y prácticas culturales que sostengan y justifiquen el uso de la violencia como factores causales del maltrato infantil.
- Enfoque socio-interaccional: este enfoque considera que la conducta del niño en interacción con las experiencias y competencias con los padres, junto con niveles de estrés en la familia actúan como detonantes del maltrato.
- Enfoque ecológico o ecosistémico: considera que las fuerzas que actúan en el individuo, en la familia, en la comunidad y en la cultura en la que el individuo y la familia se encuentren inmersa determina el maltrato.
- Enfoque transicional: de carácter integrador considera la multicasualidad del maltrato, describiendo tres estadios en la relación de conflicto padres-hijos: la primera fase se basa en la baja resistencia al estrés y una falta de inhibición de la agresión, la segunda fase se fundamenta en la disminución de la capacidad de los individuos para enfrentarse a provocaciones o a crisis agudas y en la tercera fase encontramos el desarrollo de hábitos de violencia y agresión entre los miembros de la familia. El paso de unan fase a otra está determinada por un conjunto de factores específicos y ciertas circunstancias.
• Población en conflicto social
- Enfoque psico-dinámico: se empiezan a aplicar los principios del psicoanálisis en la reeducación del predelincuente con el objetivo de reconciliar al joven con la sociedad. El pionero en este método fue Aichhorn que junto con sus colaboradores decidieron mantener una actitud de amistad e intercambio con los jóvenes, sin oponerse e interviniendo lo menos posible. Poco a poco la agresividad de estos jóvenes se apaciguó y consiguieron mantener una actitud positiva y afectiva con los educadores.
- Enfoque humanista y de orientación especializada: en la intervención el asesor, que tiene unos conocimientos especializados, aplica unas técnicas a los problemas de los otros, con la finalidad de capacitarlos para que resuelvan de forma constructiva sus situaciones y para que consigan un desarrollo integrador de su personalidad.
- Enfoque sistémico: en la intervención, el medio familiar es siempre el eje para el estudio y tratamiento de la problemática del menor poniendo énfasis en el análisis de los roles familiares.
- Enfoque cognitivo: una mejora del funcionamiento cognitivo y un mejor acceso y utilización de los recursos sociales del ambiente desencadena por tanto, un mejor ajuste social y consecuentemente una reducción o desaparición de la conducta delictiva del individuo.
Cabe destacar que todas las teorías expuestas deben ser tenidas en cuenta, pues explican una parcela casual y a veces procesual de la inadaptación. No obstante, presentan déficit ya que todas ellas parten de una sola teoría explicativa que limita las posibilidades de éxito en las intervenciones. Se comprueba que todas las intervenciones acciones que se habían llevado a cabo no consiguen resultados exitosos, pues no se lograr frenar la conflictividad social y personal, no se consiguen efectos rehabilitadores en los individuos y en conclusión era escasa su efectividad en la paliación del problema de desadaptación social.
Frente a esta situación, Ross y Fabiano empiezan a investigar y se percatan de la existencia de ciertas intervenciones que si funcionaban y obtenían buenos resultados, por lo que se dispusieron a descubrir la diferencia entre éstos y los que no tenían éxito. La clave estaba en comprender como se pasa de las causas que inician y desencadenan la problemática, a la existencia del problema en sí, que es en definitiva lo que hemos de cambiar.
Estos autores, que siguen la línea cognitivista, explican que a lo largo del proceso de socialización, el individuo adquiere un conjunto de habilidades de tipo cognitivo que le permite interaccionar con su medio y con los demás positivamente, sin embargo sí el niño adquiere patrones conductuales e influencias sociales alejadas de la conducta socialmente adaptada, difícilmente aprenderá a hacer uso de dichas habilidades y al no interactuar positivamente con el medio, la situación de conflicto entre el individuo y el mismo se irá agrandando. De este modo, por mucho que intentemos erradicar situaciones conflictivas educativas, económicas y afectivas, o encaminar al sujeto hacia recursos normalizadores, no lograremos la rehabilitación del sujeto si no actuamos sobre las causas intermedias que origina la problemática.
Ross y Fabiano identifican esas habilidades cognitivas y las considera como causas intermedias o mantenedoras de la desadaptación: autocontrol, estilo cognitivo, locus de control, percepción social, empatía y habilidad para resolver problemas interpersonales (conciencia de problema, pensamiento alternativo, medios-fines, consecuente y sobre las causas-efectos sociales). Es de esta forma como elabora su Modelo para la Rehabilitación fundamentándose en que un funcionamiento cognitivo, implica un mejor ajuste social.
No obstante, también consideraron como factores claves del éxito de los programas, el tipo de técnicas de intervención, el perfil del profesional, la naturaleza de las relaciones entre los profesionales y los individuos que llevan a cabo el programa, el grado de atención a los factores económicos y sociales del sujeto y la intensidad y duración de los programas. Atendiendo a todo esto, junto con la complementación de la importancia de factores cognitivos, Denman desarrolla el curriculum compensatorio y correlacional, que actúan de forma simultánea y coordinada y que además atiende a la situación social del individuo.
Otros factores que se han considerado como efectivos en la erradicación o reducción de la desadaptación, teniendo siempre en cuenta la atención a las habilidades cognitivas son los siguientes:
- Cambiar actitudes, sentimientos amistades y asociaciones antisociales.
- Promover el afecto y la comunicación en el núcleo familiar, además de la supervisión hacia los miembros conflictivos.
- Promover habilidades prosociales y la identificación o asociación con dichos modelos.
- Valorar los resultados de las conductas adaptadas frente a las desadaptadas.
- Cambiar atributos o circunstancias que se hayan presentado vinculadas a la conducta conflictiva.
- Garantizar que el sujeto sea capaz de reconocer situaciones de riesgo y de enfrentase a ellas.
Fruto de todas estas investigaciones y a partir de los trabajos de Ross y Fabiano se han desarrollado una serie de programas, que han contribuido a la generación de un amplio campo de investigación que está cambiando en ideas y prácticas, entre las que encontramos New Haven os Social Development Program, de Weissberg (1990), Programa sobre comportamiento prosocial y cooperativo de López y colaboradores (1994)…
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